La terraza de un edificio en la céntrica calle Velázquez 73, en Madrid, presentaba serios problemas de filtraciones y humedad. Con una superficie de 700 m² expuesta a las inclemencias climáticas y al tránsito peatonal ocasional, la necesidad de una solución impermeabilizante de alto rendimiento era urgente.
Las microfisuras y las condiciones climáticas de Madrid representaban un desafío constante para garantizar la protección de la estructura. Además, la terraza, al ser una superficie plana con problemas para evacuar agua de forma eficiente y expuesta a tráfico peatonal ocasional, requería un sistema resistente y duradero que pudiera soportar estas condiciones sin comprometer la estética del edificio.